En 2005, tras varios años de formación y dedicación laboral en el sector, Martha Peters decide dar un paso adelante en su carrera y lanzar su propia firma con un claro propósito: aunar vocación, trabajo artesanal y un estilo que derrocha personalidad. Tres años después, abre su propio atelier en Zaragoza. En él crea, cose, deja volar su imaginación y atiende personalmente a cada clienta. Sus colecciones de novia y fiesta son artesanales, con gran riqueza de detalles. La delicadeza de los tejidos, su sensualidad y el juego de volúmenes dotan a sus vestidos de un halo especial lleno de romanticismo.