Desde muy niño sintió la llamada de la creación indumentaria, partiendo con 17 años a Barcelona para formarse en talleres de sastrería y costura como La Física, La Innovación, Pedro Rodríguez y Manuel Pertegaz, hasta llegar a EISA Costura en la calle Santa Teresa 10. Allí, aprenderá durante años la exigente técnica Balenciaga que le llevó incluso a viajar en ocasiones a los talleres del maestro en París como refuerzo en las temporadas de presentación de las colecciones.
En 1963 abre casa de costura en su Zaragoza natal donde seguirá vistiendo a una fiel clientela catalana como las Duquesas de Prim y de los Castillejos, o la Marquesa de Alfarrás y a señoras de familias de la pujante burguesía aragonesa como los Balet, Mantecón, Lozano, Sancho Dronda, Gómez-Laguna, etc.
Su pasión por el cine y teatro, heredada de su amistad con Manuel Rotellar, J.L. Pomarón y Emilio Alfaro, integrantes de la tertulia Niké, le hizo crear vestuario escénico así como la investigación en indumentaria aragonesa le inspiró su colección presentada en el Palacio de Sástago de Zaragoza.
La búsqueda de la perfección en la maestría técnica y el equilibrio de una línea depurada que huye de artificios y recursos superfluos, ha sido siempre su objetivo profesional prioritario.